Aunque ingeniera de formación, en los últimos años he recorrido gran parte de la península colaborando en proyectos para la transición ecológica y la soberanía alimentaria. Crecí en un pueblo, entre León y Galicia y durante los últimos años he vivido en varias regiones del país. Oficios vivos supone para mí la reconexión con mis orígenes y con las raíces del conocimiento, del saber popular, del arte que no se escribe en los libros, ni se expone en museos, sino que vive en las manos y en los ojos de toda una generación de maestros y maestras rurales.
En este camino no estoy sola. Me acompañan y asesoran muchas personas a las que admiro, entre las que destaco a Edo Sadikovic, co-fundador de Sende. Antes el proyecto se llamaba RuralArte pero hemos decidido cambiar el nombre en 2021.
Traveller.es - "Aunque ya llevaba un par de años trabajando en la idea, no fue hasta ese momento que pude darle forma", explica. "El proyecto nace, por un lado, para poner en valor y evitar que se pierdan los saberes y técnicas artesanales del medio rural y, por otro, para ampliar las posibilidades de formación, más allá del sector agrario, de las personas interesadas en la vida, identidad y cultura de nuestros pueblos. Conservar este patrimonio inmaterial que se ha ido transmitiendo de generación en generación es fundamental cuando hablamos de repoblación, sostenibilidad o autosuficiencia"